25 Abr 2024

Próximamente, audiciones por alumnos y profesores de la academia.

Sábado, 16 de marzo de 2024.

Palacio de Sástago

Coso, 44 (Zaragoza)

Mañana: 12:00 h.

Tarde: 19:00 h.

Entrada libre

     Próximos a la llegada de un nuevo equinoccio y a la celebración de las cuarenta y seis primaveras de Musicales Andiano, hemos preparado dos audiciones para festejarlo con música. En esta ocasión, tenemos sesión de mañana y de tarde , ya que, dado a que la sala no es muy grande y tenemos a bastantes alumnos que quieren participar en estos mini conciertos, disfrutaremos de dos audiciones donde nos deleitarán con su música y sus progresos. 

     En la sesión de mañana vamos a escuchar a los más noveles. Los niños tocarán el piano, solos y en dúos a cuatro manos. Para terminar las profesoras daremos un pequeño obsequio en forma de música de Gabriel Fauré.

    Por la tarde, los alumnos más experimentados nos deleitarán con piezas para piano y guitarra. También tendremos el gusto de escuchar a alguno de nuestros adultos que han tenido la ilusión y la valentía de añadirse al evento. 

    El repertorio es muy variado; clásico y jazz. Celebramos a la par, alguna efeméride musical recordando el centenario de la muerte de Gabriel Fauré o del nacimiento de Henry Mancini. En cualquier caso , el título de "Música para un Equinoccio de Primavera" nos sirve de pretexto para celebrar la Música, tocando en directo un programa de contrastes, pero con el equilibrio de un día de Equinoccio donde tocan niños y mayores, noveles y experimentados, con un punto en común —la Música— y como si se tratara del eje de la tierra, su relación con el sol y posición en el espacio, a los alumnos se les enseña que para aprender música, hay que tener un ritmo constante y regular en el estudio como: el del día y la noche, los equinoccios y solsticios, o los acentos y pulsos de un metrónomo. 

    En Musicales Andiano, intentamos que estos ciclos no se pierdan. Sabemos que nuestra constancia en la educación, siempre da sus frutos.

    Muchas gracias por acompañarnos y hacer que en la academia, se vivan todas las estaciones con alegría.

    Felicidades a todos los participantes, gracias a la DPZ y al público por su asistencia.

                                    Begoña Andiano (Directora)

 

25 Abr 2024

El pasado 28 de diciembre tuvimos nuestro tradicional Concierto de Navidad. Teníamos muchas ganas de reunirnos profesores, alumnos y antiguos alumnos, para cantarle a la Navidad. Hacía tres años que no nos juntábamos para hacer un Concierto con el Coro de la Academia.

Estamos felices, porque tuvimos lleno absoluto. El público entregado como siempre y disfrutando tanto, como todas las personas que lo hacemos posible.

Tuvimos la colaboración de  antiguos alumnos, profesionales y amateur, que vienen siempre con cariño a este encuentro anual, ineludible para muchos de los que forman esta gran familia de la Música que tenemos desde hace 44 años. También contamos con los profesores y alumnos actuales.

Cantaron nuestros solistas.

Pusimos en escena temas navideños nuevos.

Interpretamos villancicos de todo tipo; desde una huella pampera hasta tradicionales españoles, Christmas Carols o de nuestro archivo personal y que una servidora se les ha compuesto a lo largo de las numerosas navidades vividas con ellos.

La nota de ternura la pusieron los niños, que este año además, estrenaron villancico.

Quiero dar la enhorabuena y las gracias a todos, por acometer un concierto tan profesional, preparado en tan poco tiempo.

Todo esto es posible a la buena formación que tuvieron y tienen, tanto los antiguos alumnos como los que están ahora cursando estudios. “Caminante no hay camino, se hace camino al andar” y Musicales Andiano lleva caminando en la Música con muchos conciertos y audiciones en su curriculum, donde realmente un músico se desarrolla y adquiere experiencia. Por eso, aunque sea un gran esfuerzo preparar conciertos de estas características, siempre merece la pena.

La tarde mágica vivida, nos da energía para seguir realizando concierto tras concierto, año tras año.

¡Feliz 2023!

Begoña Andiano

25 Abr 2024

Es increíble cómo pasa el tiempo. Hace 42 años nos embarcamos en la aventura de la música y hace cuatro semanas nos confinamos en nuestras casas para ayudar a  vencer esta pandemia que azota el mundo.

El 15 de abril, es el cumpleaños de Musicales Andiano y éste va a ser un aniversario distinto, con una carga emocional muy importante. No lo celebraremos como el de hace dos años, con aquel magnífico concierto, pero festejaremos que, gracias a las tecnologías de la comunicación, el esfuerzo de los alumnos y el amor que todos tenemos por la música, hemos conseguido que no paremos. Cada uno, desde su casa, va dando lo mejor de sí para que esta nueva manera de aprender nos llene a todos de satisfacción. Digo aprender y yo me incluyo, ya que en estas semanas, todos nos estamos reinventando, creando y acomodándonos en esta nueva situación con la esperanza de que pase pronto y podamos sentir las vibraciones sonoras de la música todos juntos.Ya sabemos que no es lo mismo estar mano con mano tocando o cantando, pero podemos afirmar que esta nueva manera de enseñar y hacer música, desarrolla otras capacidades que a veces no vemos. El compromiso de estudio es mucho más condensado. 

Puedo decir lo contentos que estamos con nuestros pequeños. Las tecnologías les sirven de estímulo y acicate, puesto que son niños del siglo XXI. A los adultos les damos una ovación de final de concierto, porque siendo de otra generación se han esforzado para estar conectados y así poder dar sus clases. Para los adolescentes y jóvenes, siempre mi gratitud por ayudarnos con las tecnologías y conseguir que las clases fluyan.

En este país, la música y la cultura en general, no se consideran como bienes de primera necesidad, pero cuando se producen situaciones como la que estamos viviendo, uno se da cuenta de que gracias a ellas, todo es mucho más llevadero. 

El arte en general, es la vacuna para el alma.

Nosotros así lo sentimos y vivimos.

GRACIAS a los alumnos y a los padres por el esfuerzo añadido en este tiempo y gracias a todas las personas que de una manera u otra contribuyen al alimento de nuestro espíritu.

¡Feliz cumpleaños!

Begoña Andiano

 

 

 

 

 

25 Abr 2024

La eterna pregunta que a menudo escuchamos en el despacho de la academia cuando comienza el curso es: ¿Para tocar un instrumento, tengo que aprender solfeo?

Nosotros intentamos explicar que aunque, a priori, no sea muy necesario, es recomendable desde el principio. Por supuesto, explicamos que ahora no lo llamamos solfeo, sino que lo llamamos: Lenguaje Musical. La mayoría se sienten algo aliviados porque el hecho de escuchar la palabra solfeo les crea la sensación de antaño de ser un poco aburrido, difícil y que no sirve para tocar. Afortunadamente, esa sensación va desapareciendo desde que, en el año 1992 con la reforma educativa que se hizo en este país, la famosa asignatura de solfeo pasó a llamarse Lenguaje Musical.

En este artículo voy a hacer un breve resumen de lo que es la asignatura de Lenguaje Musical. El epígrafe del título que recibe, da lugar a un pensamiento muy amplio de lo que puede ser, porque como yo les digo a mis alumnos: —todo lo que no es aprender a tocar un instrumento, lo aprenderemos en  Lenguaje Musical—. Es por eso que este escrito lo voy a centrar en la asignatura básica, porque en una buena educación musical tiene que haber una formación integral de todos los aspectos de la música—armonía, contrapunto, análisis, historia, técnica del instrumento y un largo etcétera de cosas que hacen que uno pueda ser “Músico”.

El lenguaje musical, como concepto, está en toda manifestación sonora y escrita, de la música.

Lo primero que voy a explicar es el término: SOLFEO.

El solfeo, tradicionalmente, se ha considerado una disciplina de la música en la que una persona es capaz de  leer una partitura, entonarla pronunciando las notas—do, re, mi, fa, sol, la, si—,  marcando el compás y sabiendo darle  interpretación a todos los signos escritos. Esto es lo que llamamos Solfear. Hay que tener en cuenta que el término viene de la Solmisación y que podemos agradecérselo a Guido D’Arezzo—monje que en el siglo XI puso el nombre a los sonidos—. Hasta no hace tantos años, en una formación académica, lo que se estudiaba era Solfeo, importante para un buen conocimiento de lo que nos dicen las partituras. Con los años, esta disciplina se quedaba un poco escasa para la buena formación de un músico, ya que, en los conservatorios, cuando se acababan los seis cursos de solfeo—preparatorio y cinco cursos más, uno tenía que abordar otras asignaturas de la carrera musical como: armonía, formas musicales, acompañamiento, historia, estética, acústica… y en ocasiones eran costosas porque en la preparación previa no se habían trabajado. El paso del llamado solfeo a la asignatura de Lenguaje Musical, supuso una ampliación de miras, ya que ésta trabajaba muchos aspectos del lenguaje que hasta entonces estaban un poco descuidados. Las reformas educativas, en ocasiones son criticadas y censuradas, pero tengo que decir a favor, que ampliar el solfeo a una asignatura que trabaja muchos factores musicales fue un avance pedagógico. Por contrapartida, la enseñanza de la asignatura, tuvo su proceso de adaptación tanta para el alumnado como para el profesorado.

Hablemos pues de la asignatura de: LENGUAJE MUSICAL.

Realmente, aprender música es un proceso de muchos años y, como en un idioma, su asimilación lo da la buena preparación y dedicación, en definitiva: “hablar en música”. Digo esto porque el lenguaje musical al igual que un idioma, uno tiene que saber “pensar” en él. Leyendo estas líneas, cualquier neófito se puede asustar, pero tengo que decir que con un buen método pedagógico y un buen profesor todo se consigue y además con todo lo que se trabaja en Lenguaje Musical, cualquier alumno disfruta desde el primer día.

A nivel académico, la asignatura se plantea en cuatro cursos elementales y dos profesionales. A diferencia del antiguo solfeo, los alumnos llegan después a las asignaturas más complejas  y las afrontan  con naturalidad.

Tenemos que tener en cuenta que se plantea para que, aparte de aprender a solfear, el alumno eduque el oído, entienda la música, su estructura, su estética y sepa relacionar todos los elementos y en un futuro pueda integrarlos en el bagaje musical tanto si es intérprete, compositor o un buen músico aficionado. Lo que está claro es que, si se trabaja bien, uno disfruta de la música mucho más y mejor. La música es un lenguaje universal que, si se conoce, se vive de otra manera.

Los aspectos que se trabajan son:

Teoría: consiste en ir aprendiendo e incorporando progresivamente todos los aspectos reglas, definiciones, escritura, etc.

Lectura y Entonación: disciplina necesaria para dominar la buena interpretación de las partituras sin apoyo del instrumento. Esto es lo que sería el antiguo solfeo.

Dictado: habilidad imprescindible para cualquier músico. Al igual que, cuando uno habla un idioma luego aprende a escribir lo que escucha, con la música ocurre lo mismo. El adiestramiento paulatino hará que seamos capaces de plasmar en un papel las diferentes voces y armonías que escuchemos.

Audición: Un futuro músico y melómano, debe de aprender a escuchar y diferenciar los distintos timbres de los instrumentos.

Análisis: Poder reconocer las estructuras donde los compositores han escrito sus ideas es muy importante. Comprender su armonía, textura, estética etc. nos va a ser de gran ayuda para memorizar, e interpretar cualquier tipo de partitura.

Historia: importante para situar los estilos musicales, compositores y darles el carácter propio.

Todos estos aspectos se pueden ampliar, de manera que sirvan para que el alumno esté preparado para las asignaturas que tendrá que afrontar en una formación profesional.

La creatividad, improvisación, expresión corporal, canto coral… también son destrezas muy útiles para un mejor aprendizaje. Éstas se pueden ir incorporando en relación a los conocimientos y nivel.

Después de un breve resumen de lo que puede ser el estudio del lenguaje musical, puedo decir que en la experiencia de los 41 años de Musicales Andiano, afrontar el lenguaje de la música con tantos aspectos diferentes, hace que los alumnos disfruten desde el primer día. Tanto niños como adultos comprueban, en poco tiempo, lo interesante, útil y divertido que es entender una partitura, saber de instrumentos, cantar a voces, escuchar música y distinguir los diferentes sonidos, incluso ser capaces de componer melodías, ponerles acordes y poderlas tocar o cantar.

Recomiendo a todas las personas que empiezan a tocar un instrumento que, aunque existan partituras facilitadas para poder tocar desde el primer día, el lenguaje musical nos va a aportar la riqueza necesaria para que nuestras interpretaciones traspasen las propias partituras. En definitiva, conocimiento necesario para poder ir más allá.

Confieso que la palabra solfeo no la he quitado de mi lenguaje cotidiano; supongo que será nostalgia de aquellas tardes de Conservatorio, cantando todos; do, re, mi... Esa época la recuerdo con cariño y pienso qué labor tan importante la de aquellos profesores de Solfeo, nunca valorados. En estos tiempos de “lenguaje musical” quiero destacar y dar las gracias a todos los pedagogos que con sus aportaciones han hecho que hoy hayamos llegado hasta aquí.

Begoña Andiano

25 Abr 2024

Hace unos meses, publicamos un artículo titulado ¿Qué es la pedalera o pedalier? En aquél, explicaba que eran los pedales de un órgano y para qué servían. Lo que no dije es la función musical que desempeñaban y por qué era útil tocarlos.

En este nuevo artículo voy a hablar de los efectos musicales que podemos tener con un teclado que se toca con los pies: La Pedalera.

Ya sabemos, que en la mayoría de los órganos de mueble, sobre todo si son litúrgicos,  se dispone de un teclado —pedalier— para ser tocado con los pies. La mayoría constan de 30 o 32 pedales que son bifónicos, para poder tocar un sonido con cada pie. Si el órgano no es litúrgico y es de mueble con caja de ritmos y sonidos de todo tipo, —tipo órgano Hammond— pueden tener una octava de pedales e incluso dos. Estos pedales suelen ser monofónicos. Tanto en unos como en otros, no tenemos dinámica —sensibilidad—. La función musical básica se centra en los bajos  —notas graves que dan el soporte musical a cualquier obra musical—. Disponer de las manos y los pies, hace que podamos tocar más voces independientes.

Después de esta pequeña introducción, voy a hablar de uno de los elementos aplicable a un teclado:

 La Pedalera Portátil.

El mundo de los instrumentos electrónicos: pianos, teclados y órganos, evoluciona constantemente. Las fábricas están siempre innovando,  en lo que se refiere a: la calidad del sonido,  la incorporación de  nuevos recursos y mejora del toque de los teclados, —peso, dinámica, after touch, etc.— elementos que hacen que la ejecución del interprete, gane en expresión y los sonidos electrónicos sean cada vez más reales, sobre todo en directo.

 Precisamente las pedaleras del siglo XXI han mejorado y hoy las tenemos: sensitivas, multitímbricas y polifónicas. Eso nos permite tener un teclado para los pies con muchas más posibilidades. Las pedaleras podemos conectarlas a un teclado o a un piano por vía MIDI o USB. Normalmente suelen tener 13 pedales —de Do a Do— o 17 pedales —de Do a Mi—. También existen de 2 octavas. Aunque pueda parecer que  una octava de pedales es limitado, sabiéndolos usar, es un recurso insustituible.

El uso musical de la pedalera.

1- Bajos: es el uso musical básico. Toda música tiene un bajo, —nota que manda en la armonía y que da el soporte fundamental a la densidad sonora—, tanto si tocamos música clásica o un rock and roll.

Normalmente cualquier acorde tiene su nota fundamental —el bajo—. Hay que decir que en música popular —rock, pop, swing, etc.— se puede acompañar con el bajo fundamental y su quinta; es el principio básico de cualquier fórmula rítmica en lo que al bajo se refiere y, aunque la ejecución con el pie no es tan versátil ni tan rápida como con las manos, esto nos da la oportunidad de tener más recursos y poder tener más independencia  para tocar diferentes sonidos; melodías con la mano derecha, armonías y contrapuntos, con otros sonidos, con la mano izquierda y con el pie, los bajos e incluso otros timbres, simultáneamente. Evidentemente, si contamos con un teclado workstation los acompañamientos automáticos poseen una línea de dibujos musicales para los bajos que en ocasiones no se pueden ejecutar con los pies. Lo que ocurre que los automáticos nos pueden limitar musicalmente, a pesar de tener muchas posibilidades músico- armónicas. Los arreglos automáticos  reconocen cualquier inversión del acorde y el propio teclado ejecuta el bajo fundamental que corresponde e incluso podemos programarlos para que identifique la nota más grave independientemente de la inversión. Tocar físicamente los bajos nos va a dar más expresión e independencia musical. La ejecución es menos rápida que con las manos por eso en ocasiones los bajos los ejecutaremos en el teclado. Para los bajos, se ponen sonidos —voice— de la sección bass o se puede emplear también, cualquier sonido grave. Al poder utilizar las pedaleras de manera  multitímbrica, podemos sumar sonidos afinados de percusión como los timbales de orquesta.

2- Efectos musicales: en ocasiones podemos emplearla para tocar pad de percusión —platillos, caja, castañuela etc.— o efectos sonoros —lluvia, truenos, viento o cualquier otro efecto de sintetizador—.

3- Control de modificaciones de funciones: en teclados de gama alta podemos utilizar la pedalera para modificar acordes y arreglos automáticos —fingered, finger bass etc.— a tiempo real, mientras tocamos.

Espero que después de leer estos pequeños apuntes sobre la pedalera portátil, los teclistas que no se han animado a tocar con los pedales, prueben y aprovechen lo que nos brindan estos curiosos teclados para nuestros pies.

Begoña Andiano

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