Cuando uno ve tocar a un organista o a un teclista, raramente se fija en que aparte de mover sus manos, en ocasiones, también está moviendo sus pies.
Este artículo va a hacer referencia a la gran desconocida: La pedalera o pédalier en francés.
La pedalera o pedalero, es un teclado que se toca con los pies. Este complemento empezó a incorporarse alrededor del siglo XIII en los órganos de tubos, para poder tener más registros graves, poderlos ejecutar con los pies, tener más posibilidades con las manos y así poder tocar más voces. A lo largo de la historia, ha sufrido transformaciones constantes. Las primeras pedaleras tenían pocas notas y en ocasiones eran con un diseño diferente a las pedaleras que conocemos hoy. Estas se llamaban contras.
Las pedaleras de los órganos litúrgicos se colocaban en función de la cantidad de tubos que tuvieran y lo grande que fuesen los instrumentos.
En el siglo XX con toda la evolución tecnológica hemos pasado a tener muchos formatos de órganos y teclados.
A principios del siglo, aparte de evolucionar y mejorar los órganos de tubos, surgieron los órganos electrómagnéticos de la mano de Laurens Hammond donde en el diseño de la consola con dos teclados, se incorporaba también una pedalera.
La pedalera nos permite tener muchas más posibilidades a diferencia de tocar sólo con las manos. En ocasiones vemos órganos que poseen varios teclados (dos, tres, cuatro…). A esto siempre le sumamos un teclado extra para nuestros pies, con el cual tocamos los graves de la música.
Cuando hablamos de pedales nos podemos referir a: pedalera del órgano, a las pedaleras multiefectos, a otros pedales que se incorporan en los órganos para cambiar de registros , pedal de sustain, shift, pedal de expresión etc.
Las pedaleras de hoy en día son de muchas maneras.
Para los órganos litúrgicos suelen ser palos largos de madera con treinta o treinta y dos pedales (dos octavas y media). Pueden ser rectas, cóncavas y radiales.
Para los teclados, son portátiles y no van incorporadas al mueble como suele ser habitual en los órganos litúrgicos. Tienen trece pedales o diecisiete. Las que se incorporan a los órganos Hammond, son de dos octavas. Van conectadas por un puerto MIDI o USB y lo más interesante es que son sensitivas y polifónicas (las de los órganos litúrgicos electrónicos o de tubos, son bifónicas para tocar un sonido con cada pie y no son sensitivas).
Con todas ellas tenemos muchos más recursos para poder ejecutar a tiempo real muchos timbres; bien sea con la función de tocar el bajo (que suele ser la habitual), o tocar los pad de percusión, efectos especiales y muchos sonidos a la vez.
Nosotros, en la academia Musicales Andiano, llevamos muchos años haciendo que el estudio del órgano y del teclado, permita a los alumnos en poco tiempo poder emplear las manos y los pies.
Nuestros estudios de órgano y teclado están organizados de manera que en el segundo o tercer curso puedan hacer uso de la pedalera.
La formación musical es muy amplia y, si bien, empiezan a tocar música moderna y popular, con el paso del tiempo tocan música clásica y aprenden a acompañar música litúrgica.
Por supuesto que en nuestro vocabulario, enseguida es familiar la palabra pedalera o pedalier.
Cuando preparamos los conciertos de la academia, intentamos que el público vea y se fije en las manos y en los pies de nuestros teclistas, que llevan mucha ejecución y movimiento. Es por eso que, cuando estamos en cualquier actuación, parece que lo que hacemos es magia. ¿Cómo es posible que una sola persona toque tantas cosas a la vez (melodías con violines, una trompeta solista, los timbales que redoblan, el bajo que retumba y un efecto de tormenta que nos recrea la banda sonora)? Pues efectivamente, la pedalera y el buen hacer del que toca ha sido el motivo.
Desde Musicales Andiano animamos a todas las personas que quieren tocar un teclado, que lo hagan con las manos y con los pies.