El 29 de diciembre de la pasada Navidad tuvimos un concierto lleno de amor, cariño, música y mucha emoción contenida. Le hacíamos un sentido homenaje a Javier: persona muy importante y muy querida por todos los que estamos en esta gran familia de Musicales Andiano.
A pesar de toda la emoción y tristeza que teníamos porque Javier ya no estaba entre nosotros, disfrutamos haciendo música todos juntos, sabiendo que él estaría muy contento viéndonos a todos en el escenario haciendo lo que más nos gusta y llena el alma. La Música está siendo lo que nos reconforta en estos tristes momentos, porque nos llena el corazón.
El concierto tuvo momentos entrañables, emotivos y divertidos ya que el elenco de alumnos y antiguos alumnos estuvo acompañado de nuestros niños que son los que nos dan energía y alegría.
Comenzamos de manera solemne entrando al son del órgano de tubos acompañados de nuestros vientos asiduos.
Todos en elegante formación con velas al compás de pandero y con toques pastorales con las flautas de pico.
Seguidamente, al más puro estilo renacentista cantamos a capella un villancico del siglo XVI.
Después el concierto se tornaba luminoso, divertido y con mucho color instrumental.
Llegaron los niños del coro y todo se ilumino con sus sonrisas, bailes y sus voces angelicales.
Momentos emotivos cuando entonaron a dúo uno de nuestros villancicos de la familia “En el cielo hay una estrella”
El empaque del sonido del órgano de tubos junto con las voces de nuestro cuarteto, hizo que el concierto siguiera otra vez una dirección sobria y clásica.
La jota en forma de Navidad, no faltó.
El repertorio mítico de otros concierto, tampoco.
Y el momento especial llego cuando todos entonamos “Al son de las trompetas” con las voces quebradas y las lágrimas en los ojos.
Doy las gracias de corazón a todos los que hicisteis, con este concierto, que mi Navidad estuviera llena de amor, esperanza y música.
Estoy convencida que Javier se sentirá muy feliz de vernos a todos “compartiendo música compartiendo vida”
Begoña Andiano