Siempre que vemos un teclado, solemos pensar en el piano—instrumento rey de las teclas— pero, realmente existen en el mundo muchos instrumentos de teclado y de muy diversas formas.
Los instrumentos de teclado pueden ser:
En este artículo nos vamos a centrar en el órgano, el piano y el teclado; que son los instrumentos más comunes y populares.
A menudo, las personas que se acercan a la academia quieren aprender a tocar un instrumento de teclado, pero no saben si tocar el piano, el teclado o el órgano y en ocasiones no conocen sus diferencias (todos tienen teclas).
Por eso, hemos pensado que sería interesante aclarar un poco sus diferencias y sus parecidos.
Los instrumentos de teclado están diseñados para producir el sonido moviendo teclas blancas y negra por medio de los dedos de las manos.
Los teclados musicales están hechos sobre la base de la afinación oriental. Las notas naturales de la escala de do (do, re, mi, fa, sol, la, si) son blancas y de mayor tamaño, mientras las correspondientes a los sostenidos (do♯, re♯, fa♯, sol♯, la♯) o bemoles (re♭, mi♭, sol♭, la♭, si♭) son negras y un poco más pequeñas.
La organización convencional de las notas en el teclado data del siglo XV, aunque la idea de teclado puede rastrearse hasta el siglo III a. de C., con el hydraulis (órgano de agua griego).
Aclarado lo que es un teclado, vamos a hablar de cada instrumento en particular.
El órgano: es un instrumento de teclado que sus orígenes se remontan a la época de los griegos. Hoy podemos hablar de varios tipos: litúrgicos (con registros emulando a los órganos de tubos) y electrónicos (con registros de toda índole, desde el sonido de órgano Hammond hasta cualquier timbre orquestal). Todos suelen llevar mueble, varios teclados, pedal de expresión y pedalera o pedalier. Normalmente llevan 61 teclas en cada manual (teclado) pero puede variar según marcas de los fabricantes o lo artesanales que sean (me refiero a los de tubos). Sus teclados no son sensitivos (dinámicos) y sus pedalera tampoco.
El piano: Otro instrumento de teclado que surge en el siglo XVIII de la evolución del clavicordio. El invento se atribuye a Bartolomeo Cristofori. La diferencia con el órgano es que, en éste, el sonido original se produce golpeando con unos martillos las cuerdas. Tiene 88 teclas contrapesadas, aunque tenemos pianos especiales de la marca Bösendorfer con 92 y 97. Hoy en día aparte de los pianos acústicos (verticales y de cola) tenemos los electrónicos de cantidad de maneras, precios y prestaciones.
El teclado: este instrumento tiene 61 teclas (5 octavas), menos frecuentes encontramos teclados de 76 teclas (6 octavas y media). La mayoría de las veces son sensitivas, pero no contrapesadas.
Tenemos muchos formatos: workstations donde tenemos una estación musical para poder hacer lo que queramos; desde grabar nuestra música (pop, jazz, rock, clásico…) hasta tocar en directo como si fuésemos una sinfónica. También están los sintetizadores que generan sonidos fantásticos o los samplers que los muestrean de los originales.
En cualquier caso, todos estos instrumentos se parecen porque todos se ejecutan a través de un teclado con los dedos de las manos.
Si uno se quiere acercar a tocarlos puede empezar con cualquiera. En el piano notará que pesan las teclas y cuesta un poco más a diferencia del órgano o del teclado. La elección la marcará el tipo de música que queramos hacer, el espacio del que dispongamos para el instrumento y la inversión. Tenemos un amplio abanico para todos los bolsillos.
La experiencia de todos estos años nos hace afirmar que tanto si empezados con el teclado, con el órgano o con el piano, podemos llegar al mismo sitio: a hacer música con toda la cantidad de recursos que poseen estos tres instrumentos.
¡Anímate y acércate a conocerlos! Te sorprenderán.
Begoña Andiano