Otra Navidad y otro concierto para el reencuentro. Cantar villancicos en Navidad se ha convertido en una cita ineludible en estas fechas.
Este curso, Musicales Andiano celebra sus cuarenta años en la música y por eso se han programado conciertos especiales para festejarlo.
El concierto de esta Navidad es uno de los más entrañables para todos los que pertenecemos a “la gran familia Andiano”, pues supone el encuentro de profesores, alumnos y antiguos alumnos. Vivir la experiencia de hacer música todos juntos, nos hace disfrutar y revivir momentos compartidos en otro tiempo y en otras Navidades.
Desde la nostalgia y el recuerdo de todos estos años vividos con los alumnos que han pasado por la academia, puedo decir que la música nos ha enriquecido y llenado el corazón a todos los que hemos compartido escenarios, ensayos, estudio y dedicación, partituras, atriles y un sinfín de momentos; en definitiva hemos “Compartido música, compartido vida”.
El programa del concierto está dedicado al villancico. No sabemos con exactitud cuando comienza a utilizarse como manifestación musical en Navidad, pero sí hemos visto una evolución constante. Los que tenemos una edad, podemos recordar villancicos de antaño con “panderetas, cascabeles, sonajeros y panderos”. Hoy día, la canción de Navidad ha sufrido cambios y podemos escucharla con carácter religioso y profano.
Escucharemos a nuestro coro y solistas, acompañados por teclado, guitarra y percusión, una selección de villancicos de todo tipo: tradicionales españoles, iberoamericanos y europeos, barrocos, polifonía del XVI, de estilo norteamericano y del siglo XXI.
Queremos que nuestro mensaje de Paz, Amor y Prosperidad, suene por todo el espacio de la Iglesia.
Agradecemos a todos su esfuerzo y dedicación, a la Parroquia de San Felipe por su acogida y al público que año tras año, se acerca a vivir este momento navideño en forma de villancico. ¡Feliz Navidad y Próspero 2018!
Begoña Andiano (Directora)
CONCIERTO:
Jueves, 28 de diciembre de 2017
Iglesia de San Felipe
y Santiago el Menor
Plaza de San Felipe, 1 (Zaragoza)
Hora 19:00
ENTRADA LIBRE
Vídeo del Concierto de Navidad 2015
Siempre que vemos un teclado, solemos pensar en el piano—instrumento rey de las teclas— pero, realmente existen en el mundo muchos instrumentos de teclado y de muy diversas formas.
Los instrumentos de teclado pueden ser:
En este artículo nos vamos a centrar en el órgano, el piano y el teclado; que son los instrumentos más comunes y populares.
A menudo, las personas que se acercan a la academia quieren aprender a tocar un instrumento de teclado, pero no saben si tocar el piano, el teclado o el órgano y en ocasiones no conocen sus diferencias (todos tienen teclas).
Por eso, hemos pensado que sería interesante aclarar un poco sus diferencias y sus parecidos.
Los instrumentos de teclado están diseñados para producir el sonido moviendo teclas blancas y negra por medio de los dedos de las manos.
Los teclados musicales están hechos sobre la base de la afinación oriental. Las notas naturales de la escala de do (do, re, mi, fa, sol, la, si) son blancas y de mayor tamaño, mientras las correspondientes a los sostenidos (do♯, re♯, fa♯, sol♯, la♯) o bemoles (re♭, mi♭, sol♭, la♭, si♭) son negras y un poco más pequeñas.
La organización convencional de las notas en el teclado data del siglo XV, aunque la idea de teclado puede rastrearse hasta el siglo III a. de C., con el hydraulis (órgano de agua griego).
Aclarado lo que es un teclado, vamos a hablar de cada instrumento en particular.
El órgano: es un instrumento de teclado que sus orígenes se remontan a la época de los griegos. Hoy podemos hablar de varios tipos: litúrgicos (con registros emulando a los órganos de tubos) y electrónicos (con registros de toda índole, desde el sonido de órgano Hammond hasta cualquier timbre orquestal). Todos suelen llevar mueble, varios teclados, pedal de expresión y pedalera o pedalier. Normalmente llevan 61 teclas en cada manual (teclado) pero puede variar según marcas de los fabricantes o lo artesanales que sean (me refiero a los de tubos). Sus teclados no son sensitivos (dinámicos) y sus pedalera tampoco.
El piano: Otro instrumento de teclado que surge en el siglo XVIII de la evolución del clavicordio. El invento se atribuye a Bartolomeo Cristofori. La diferencia con el órgano es que, en éste, el sonido original se produce golpeando con unos martillos las cuerdas. Tiene 88 teclas contrapesadas, aunque tenemos pianos especiales de la marca Bösendorfer con 92 y 97. Hoy en día aparte de los pianos acústicos (verticales y de cola) tenemos los electrónicos de cantidad de maneras, precios y prestaciones.
El teclado: este instrumento tiene 61 teclas (5 octavas), menos frecuentes encontramos teclados de 76 teclas (6 octavas y media). La mayoría de las veces son sensitivas, pero no contrapesadas.
Tenemos muchos formatos: workstations donde tenemos una estación musical para poder hacer lo que queramos; desde grabar nuestra música (pop, jazz, rock, clásico…) hasta tocar en directo como si fuésemos una sinfónica. También están los sintetizadores que generan sonidos fantásticos o los samplers que los muestrean de los originales.
En cualquier caso, todos estos instrumentos se parecen porque todos se ejecutan a través de un teclado con los dedos de las manos.
Si uno se quiere acercar a tocarlos puede empezar con cualquiera. En el piano notará que pesan las teclas y cuesta un poco más a diferencia del órgano o del teclado. La elección la marcará el tipo de música que queramos hacer, el espacio del que dispongamos para el instrumento y la inversión. Tenemos un amplio abanico para todos los bolsillos.
La experiencia de todos estos años nos hace afirmar que tanto si empezados con el teclado, con el órgano o con el piano, podemos llegar al mismo sitio: a hacer música con toda la cantidad de recursos que poseen estos tres instrumentos.
¡Anímate y acércate a conocerlos! Te sorprenderán.
Begoña Andiano
Con este vídeo de la interpretación de Tonight (West Side Story) por el Coro de la Academia, recordamos a uno de los grandes compositores y directores del siglo XX que nos dejó un 14 de Octubre, de hace 27 años.
Leonard Bernstein (Lawrence, 25 de agosto de 1918-Nueva York, 14 de octubre de 1990) compositor, pianista y director de orquesta estadounidense. Fue el primer director de orquesta nacido en los Estados Unidos que obtuvo fama mundial. Célebre por haber dirigido la Orquesta Filarmónica de Nueva York, por sus conciertos para jóvenes en la televisión de la década de 1960 y por sus múltiples composiciones, entre ellas West Side Story (1957), Candide y Un día en Nueva York (1944).
Tonight, interpretado por: Coro de la Academia. Directora y teclado: Begoña Andiano.
La jota es una danza y un canto folclórico extendido por toda la geografía española, en ritmo de 3/4 y 6/8.
Su origen no es muy claro. Han sido numerosos los autores que le otorgan un procedencia árabe, pues en Aragón se da con mayor pujanza en los valles que habitaba la población morisca.
Por otra parte, según los estudios de Tomás Bretón, compositor de la ópera "La Dolores" determina que su origen sería italiano pues se revela técnicamente similar a la música del Carnaval de Venecia.
Se cree que se popularizó en el siglo XVIII y que en la época de los Sitios de Zaragoza, la jota emerge con más fuerza.
A lo largo del siglo XIX los compositores se nutren del folclore para sus creaciones musicales y es ahí, donde la jota adquiere protagonismo en muchas de sus obras.
Queremos compartir uno de nuestro vídeos de archivo; concretamente el del concierto homenaje a Guillermo Andiano y Carmen Abad, donde nuestros profesores y alumnos interpretan, en un arreglo para teclados y percusión, la emblemática obra del Intermezzo de "La Boda de Luis Alonso" de Gerónimo Jiménez. Ahí podemos escuchar el tiempo de jota utilizado por los compositores de la época.
Intérpretes: Teclados: Begoña Andiano. Ana Belén Blázquez, Loli Gil. Percusiones: Víctor Ballestín, Alejandro Martínez, Jorge Ochoa.
Cuando uno ve tocar a un organista o a un teclista, raramente se fija en que aparte de mover sus manos, en ocasiones, también está moviendo sus pies.
Este artículo va a hacer referencia a la gran desconocida: La pedalera o pédalier en francés.
La pedalera o pedalero, es un teclado que se toca con los pies. Este complemento empezó a incorporarse alrededor del siglo XIII en los órganos de tubos, para poder tener más registros graves, poderlos ejecutar con los pies, tener más posibilidades con las manos y así poder tocar más voces. A lo largo de la historia, ha sufrido transformaciones constantes. Las primeras pedaleras tenían pocas notas y en ocasiones eran con un diseño diferente a las pedaleras que conocemos hoy. Estas se llamaban contras.
Las pedaleras de los órganos litúrgicos se colocaban en función de la cantidad de tubos que tuvieran y lo grande que fuesen los instrumentos.
En el siglo XX con toda la evolución tecnológica hemos pasado a tener muchos formatos de órganos y teclados.
A principios del siglo, aparte de evolucionar y mejorar los órganos de tubos, surgieron los órganos electrómagnéticos de la mano de Laurens Hammond donde en el diseño de la consola con dos teclados, se incorporaba también una pedalera.
La pedalera nos permite tener muchas más posibilidades a diferencia de tocar sólo con las manos. En ocasiones vemos órganos que poseen varios teclados (dos, tres, cuatro…). A esto siempre le sumamos un teclado extra para nuestros pies, con el cual tocamos los graves de la música.
Cuando hablamos de pedales nos podemos referir a: pedalera del órgano, a las pedaleras multiefectos, a otros pedales que se incorporan en los órganos para cambiar de registros , pedal de sustain, shift, pedal de expresión etc.
Las pedaleras de hoy en día son de muchas maneras.
Para los órganos litúrgicos suelen ser palos largos de madera con treinta o treinta y dos pedales (dos octavas y media). Pueden ser rectas, cóncavas y radiales.
Para los teclados, son portátiles y no van incorporadas al mueble como suele ser habitual en los órganos litúrgicos. Tienen trece pedales o diecisiete. Las que se incorporan a los órganos Hammond, son de dos octavas. Van conectadas por un puerto MIDI o USB y lo más interesante es que son sensitivas y polifónicas (las de los órganos litúrgicos electrónicos o de tubos, son bifónicas para tocar un sonido con cada pie y no son sensitivas).
Con todas ellas tenemos muchos más recursos para poder ejecutar a tiempo real muchos timbres; bien sea con la función de tocar el bajo (que suele ser la habitual), o tocar los pad de percusión, efectos especiales y muchos sonidos a la vez.
Nosotros, en la academia Musicales Andiano, llevamos muchos años haciendo que el estudio del órgano y del teclado, permita a los alumnos en poco tiempo poder emplear las manos y los pies.
Nuestros estudios de órgano y teclado están organizados de manera que en el segundo o tercer curso puedan hacer uso de la pedalera.
La formación musical es muy amplia y, si bien, empiezan a tocar música moderna y popular, con el paso del tiempo tocan música clásica y aprenden a acompañar música litúrgica.
Por supuesto que en nuestro vocabulario, enseguida es familiar la palabra pedalera o pedalier.
Cuando preparamos los conciertos de la academia, intentamos que el público vea y se fije en las manos y en los pies de nuestros teclistas, que llevan mucha ejecución y movimiento. Es por eso que, cuando estamos en cualquier actuación, parece que lo que hacemos es magia. ¿Cómo es posible que una sola persona toque tantas cosas a la vez (melodías con violines, una trompeta solista, los timbales que redoblan, el bajo que retumba y un efecto de tormenta que nos recrea la banda sonora)? Pues efectivamente, la pedalera y el buen hacer del que toca ha sido el motivo.
Desde Musicales Andiano animamos a todas las personas que quieren tocar un teclado, que lo hagan con las manos y con los pies.