24 Abr 2024

Crónica "Audición de otoño" 2018.

 

El pasado sábado, tuvimos nuestra habitual audición de otoño. En esta ocasión pudimos disfrutar de todos los pequeños alumnos que se han incorporado a la academia.

 

 

Estamos ilusionados con esta nueva savia musical que en un futuro puede ser relevo generacional en el panorama musical de Zaragoza o del mundo. Digo esto porque, a lo largo de los años, por la academia han pasado personas que en la actualidad tienen una proyección musical más allá de nuestras fronteras. Cuarenta años dan para tener una perspectiva histórica y ser consciente de lo felices y orgullosos que nos sentimos de todos aquellos alumnos que han logrado ser buenos músicos.

Estudiar música, es una carrera de fondo que no tiene fin. No sabemos si muchos de nuestros diminutos alumnos, algún día serán músicos profesionales. Lo que sí sabemos es que la música influirá en sus vidas a todos los niveles. Tocar un instrumento hace que nuestro cerebro desarrolle unas capacidades distintas, que solo se consiguen con la música.

 

  

 

El tiempo tiene que pasar para que estos niños estén en el nivel profesional pero el ver como van progresando día a día, es motivo suficiente para que los profesores nos sintamos contentos y con ganas de seguir en el empeño educativo tan importante en cualquier sociedad.

En la audición escuchamos obras clásicas interpretadas al piano y la guitarra. Con los alumnos noveles las obras estuvieron adaptadas a su nivel. Hicimos duetos con las guitarras y con el piano a 4 manos. También pudimos disfrutar de la colaboración de alguna mamá, que en su día fue alumna de la academia, tocando con su hija que ahora es alumna. En la segunda parte tocaron alumnos más veteranos y vimos la evolución musical que da el paso el tiempo.

Desde aquí damos la enhorabuena a todos los alumnos y las gracias a todos los papás que confían la educación musical de sus hijos en Musicales Andiano.

Begoña Andiano 

24 Abr 2024

Llega la Navidad y con ella, nuestro tradicional concierto de villancicos. Éste, ha sido un año especial para Musicales Andiano. Hemos celebrado el 40 aniversario.

Con el concierto de Navidad cerramos un año lleno de acontecimientos musicales donde hemos podido vivir momentos inolvidables con la música. Ha sido un año de reencuentro con antiguos alumnos; hemos disfrutado con la nueva savia de alumnos que se han embarcado en este maravilloso mundo de la música y hemos podido llevar a cabo conciertos de mucha envergadura musical , gracias a todas las personas que han puesto su dedicación y valía musical en todos los eventos programados para el festejo.

El concierto de Navidad siempre ha sido el "top" en la academia. En los años 80' y 90' se vivieron con intensidad. Podemos recordar a muchos de aquellos pequeños alumnos que tocaban entonces y hoy son unos grandes músicos. Hasta el 2003, fecha de nuestro 25 aniversario, los conciertos eran instrumentales y el coro de la academia hacía una pequeña intervención.

Después hemos tenido una etapa con conciertos programados en otras fechas. Ha sido en 2012 cuando hemos establecido hacer un concierto de villancicos exclusivamente con el coro de la academia.

El concierto del día 30 va a ser entrañable porque podemos reunirnos también con antiguos alumnos y hacer música juntos.

En el concierto, aparte de las armoniosas voces de nuestro coro, vamos a escuchar el órgano, el teclado,  la guitarra, el saxo, percusiones.... Contamos con unos buenos solistas y la pincelada especial la van a poner los niños de varios de los componentes del coro.

Va a ser un velada donde el mensaje de la Navidad se escuche en forma de villancico en todas las formas posibles.

El programa es muy variado; interpretaremos villancico tradicional español, iberoamericano, canción navideña profana y villancicos del siglo XXI.

Queremos que nuestros villancicos sirvan para desearles una Feliz Navidad y un Próspero 2019.

Invito a todas las personas que sean amantes de la música y de la Navidad, vengan a disfrutarla en forma de villancico con nosotros. 

Muchas gracias.

 

Begoña Andiano

 

Concierto: 30 de diciembre de 2018

Lugar: Iglesia de Santa Isabel de Portugal

            Plaza del Justicia, 1 ( Zaragoza)

Hora: 19:00

Entrada libre

 

 

24 Abr 2024

Llegan las fiestas del Pilar y no puedo evitar recordar aquellos Pilares de los 80'. En Musicales Andiano disfrutábamos de la fiesta, haciendo música. Los que tenemos una edad podemos recordar las exposiciones, exhibiciones y conciertos que  hacíamos en la antigua Feria de Muestras. Por aquel entonces, alquilábamos un espacio —un stand— y subíamos con todos los instrumentos más novedosos que había en el momento, para que el público de Zaragoza y de otros lugares viesen y oyesen de primera mano los instrumentos que  se fabricaban e  inventaban por aquel entonces. Hay que tener en cuenta que no teníamos Internet ni Youtube ni nada que se le pareciese. 
Por supuesto el más novedoso era: el Órgano Electrónico.

                                    
El  invento en cuestión databa de 1935, construido por el americano Laurent Hammond y a lo largo de todo el siglo XX habían surgido muchas empresas haciendo costosas inversiones en el desarrollo de la tecnología aplicada a estos instrumentos de teclado. En los sesenta aparecen los primeros sintetizadores y un largo etcétera de instrumentos de teclado; eléctricos y electrónicos. Sobre éstos, ya contaré en otra ocasión.
En el artículo de ahora, quiero hablar de uno de los instrumentos que a lo largo del siglo fue cogiendo posición en cuanto a la utilidad musical se refiere y, si bien, empezó empleándose en estilos tan diversos como el jazz, gospel, rock pop... a medida que cogió popularidad, bajó de precio, ganó en calidad de sonido y se incorporaron funciones musicales para que los aficionados y melómanos pudiesen tocarlo en poco tiempo aprovechando los recursos del instrumento, se convirtió en el instrumento de moda a finales de los 70' y fue el instrumento top en los 80'. Me refiero al: Órgano Electrónico.
Los órganos electrónicos nos permitían tocar con las  manos y los pies infinidad de timbres y hacer que una sola persona se convirtiera en una orquesta de varios músicos.

                                           
Para poder escucharlos, en el stand de Musicales Andiano tocaban unos organistas singulares; me refiero a nuestros pequeños niños prodigios de la academia. No era habitual ver a niños tan pequeños tocar en aparatos tan grandes y sofisticados. Recuerdo que el stand se colapsaba de público. En sus caras se intuía la admiración de muchos, la incredulidad de otros —pensaban que no tocaban los niños porque estaban oyendo una caja de ritmos y sonidos que no eran los del piano o del viejo harmonium de la iglesia—, la fascinación de los que habían tocado en el piano de su casa y veían que con estos instrumentos con teclado también podían tocar otro tipo de música que no fueran estudios de Czerny o sonatinas de Clementi, o la decisión de algunos de acercarse a la tienda y comprar uno de estos instrumentos que estaban de moda, que no valían tanto como en los años setenta, que lucían en una casa —todos tenían mueble—y además se podían tocar a cualquier hora con auriculares.

                                         


Después de esta breve introducción histórica, voy hablar de la importancia a nivel musical que tuvo el órgano en aquella época. Era el instrumento perfecto para acercarse a la música, ya que con pocos conocimientos previos se lograba tocar música en poco tiempo. Recuerdo aquellos Pilares con nostalgia. Entonces el tiempo y la vida era más calmada. Los niños tenían tiempo de tocar, jugar, estudiar... La sociedad tenía capacidad de sorpresa. Se sorprendía de las novedades, de lo extraordinario de todo que no fuese cotidiano... 

                                                
Con la perspectiva del tiempo puedo decir que, gracias a estos instrumentos muchas personas aprendieron a tocar y a hacer música. De no ser así, igual no lo hubieran logrado y muchos de los niños que estaban tocando en el stand de la Feria de Muestras, hoy son unos buenos profesionales. 
Cuando recordamos aquellos momentos con ellos, nos viene a la memoria lo que disfrutábamos. Cada día era una aventura. Siempre haciendo música nueva; solos o en grupo. Improvisábamos o tocábamos lo que la ocasión requería; desde jotas el día del Pilar, hasta los últimos temas de actualidad —Thriller, We Are The World, el mítico In the MoodEn forma—, Carros de fuego o Moliendo café... Los alumnos recibían las fiestas del Pilar con ilusión, esperando qué autoridad iba a pasar por el stand o en qué periódico o radio iba a salir una reseña que hablase de la música de Órgano electrónico.
Estamos en el siglo XXI y todo es diferente. Se vive a la velocidad que nos da la fibra óptica y de los megas de que disponemos. No tenemos tiempo de conversar en vivo y hablamos por WhatsApp, Chat o por Skype. No tenemos tiempo charlar tranquilamente sin pensar que el tiempo es oro para hacer otro tipo de cosas que en los 80' ni se nos habrían ocurrido. 

                                
¿Cómo no me voy a ponerme nostálgica pensando en aquellos Pilares donde las horas del día eran más largas que hoy y que el poder compartir música, risas y vida, no estaba sujeto a la velocidad que nos marca este siglo?
Lo que me reconforta es que, después de cuarenta años enseñando música, me he dado cuenta de que los humanos nos adaptamos a todo y que todo lo que se ha hecho y vivido marca una senda para seguir caminando —en este caso con la Música, indispensable para la vida—
¡Gracias! a los inventores del Órgano electrónico. Ellos abrieron el camino que un día tomamos muchos de nosotros.
Begoña Andiano

 

24 Abr 2024

Todos los años comenzamos el nuevo curso haciendo un balance de lo que hemos hecho en el curso que ha terminado y, aunque cada curso es único, éste ha sido especial al coincidir la celebración del 40 cumpleaños de Musicales Andiano.

Si rebobinamos en el tiempo, podemos recordar que empezamos el curso con la ilusión de celebrar los cuarenta años de existencia.

Cada año intentamos que los alumnos que empiezan con la música, acaben teniéndola como parte integrada en su vida de la manera que sea. Ya sabemos que todos las personas que empiezan no van a ser profesionales o grandes virtuosos, pero lo que tenemos claro en la academia es que, por nuestra parte, ponemos todo el empeño y dedicación para que logren aprender y disfrutar haciendo música, bien sea tocando o cantando. Muestra de ello son todos los conciertos y audiciones que llevamos a cabo a lo largo del curso, donde los alumnos se pueden expresar a través de la música.

Este curso nos estrenamos con un concierto en el Palacio de Sástago tocando música clásica: “Audición de Otoño”. Tuvimos la ocasión de escuchar a alumnos que ya llevan tiempo con nosotros y alumnos que acababan de empezar en la academia. Después de esta audición vino el concierto de “Música en Navidad VI”, que en esta ocasión cambiamos de espacio habitual y fuimos a cantar con el coro a la iglesia de San Felipe. Disfrutamos del sonido tan bueno que tiene esta iglesia barroca.

Entramos en el 2018 y nos pusimos a preparar uno de los conciertos más especiales de este curso, el de la celebración de los 40 años.

A la par continuábamos con la vida cotidiana en la academia, nuestras clases de solfeo, armonía, análisis, las horas dedicadas a los instrumentos, ensayos, preparación de audiciones, elaboración de arreglos para los conciertos… , en definitiva, trabajo y esfuerzo siempre recompensado con el aplauso del público en los conciertos.

Llegó marzo e hicimos en el Palacio de Sástago otra vez actuación: “Audición de primavera”. A la vez ya estábamos preparando el gran concierto del 15 de abril, fecha del cumpleaños de Musicales Andiano.

Quiero resaltar la implicación y dedicación de los alumnos en la preparación de los conciertos. Sin ellos no sería posible todo lo que desarrollamos año tras año. Por eso damos unas GRACIAS con mayúsculas.

Ya estábamos en abril y llego el esperado “Concierto 40 Aniversario”. Un concierto que ha quedado en la memoria como uno de los especiales en la historia de Musicales Andiano. Contamos con la participación de Profesores, Alumnos y Antiguos Alumnos, tanto profesionales como amateur. Un verdadero orgullo y un lujo para esta empresa, poder reunirnos con personas que un día pasaron por nuestra casa y la música se les quedó  como parte fundamental en sus vidas. El concierto fue impecable, ya que el nivel de dedicación y esfuerzo estuvo presente toda la temporada. También destaco la gran valía profesional y artística de todos. Por eso GRACIAS DE CORAZÓN.

Aún no había acabado el mes y empezamos a preparar el concierto de junio: “Música de Archivo”. El concierto fue en la iglesia de Santa Isabel de Portugal al igual que el de abril. Disfrutamos de los progresos que hacen año tras año los alumnos, tanto de los niños como de los adultos. No faltó la participación del coro de la academia como broche final.

Estas pequeñas líneas resumen un poco el día a día de la academia. Llevamos 40 años y nos sentimos felices de poner nuestro granito de arena en la sociedad, educando en la música. En las aulas de la academia tenemos unos baldosines con frases dedicadas a la música que invitan a la reflexión: “Donde música hubiere, cosa mala no existiere” y “Quien ama la música, ama la vida”.

Yo voy a añadir otra frase emblemática de la academia y con ella dar las gracias a todas las personas que han confiado en nosotros en estos 40 años. GRACIAS por “Compartir música, compartir vida”.

Compartimos en un vídeo, imágenes de este curso pasado.

Begoña Andiano

24 Abr 2024

El primer día que una persona empieza a tocar el piano, se da cuenta de que tiene muchas teclas (88) y que además pesan (contrapesadas). Rara vez se da uno cuenta de que debajo del teclado, nos encontramos con unos pedales (normalmente tres) que sirven para tocarlos con los pies.

Los pedales en el piano son parte importantísima del instrumento. Hacen que podamos conseguir todo el potencial sonoro del piano, rey  de los instrumentos polifónicos.

En este breve artículo voy a hacer un conciso resumen de los pedales y de su función en la interpretación. Hay que decir que según sea un piano de cola, un piano vertical o un piano electrónico encontraremos alguna sutil variable.

En primer lugar tenemos:

Pedal derecho (pedal de armónicos): Es el más importante e ineludible en la ejecución del piano. Sirve para levantar los apagadores del instrumento y así liberar las cuerdas para que resuenen todas las notas que entran en relación simpática (los armónicos) con los sonidos reales que se han pulsado con las teclas. Este pedal lo llevan los pianos de cola y los pianos verticales. Aunque la mecánica sea parecida, debido a la posición horizontal de las cuerdas (piano de cola) o posición vertical de las cuerdas (piano vertical o de pared), la función es la misma. En los pianos digitales el pedal derecho o de armónicos (damper o sustain) emula la misma función de resonancia. Se ejecuta con el pie derecho basculando y con el talón siempre apoyado en el suelo.

Pedal izquierdo (pedal de una corda): El pedal izquierdo hace una función atenuadora del sonido. En los pianos de cola el pedal de una corda se llama así porque el mecanismo funciona de una manera que hace que el teclado del piano se desplace unos milímetros hacia la derecha y como la maquinaria de los martillos va unida al teclado, estos hacen que los martillos o macillos al desplazarse a la derecha toquen menos cuerdas y por lo tanto suene menos el piano. Hay que tener en cuenta que la mayoría de las teclas del piano se corresponden con tres cuerdas. Se suele emplear para hacer los pianos (suaves) aunque también se emplea como matiz de color y sonoridad. En un piano vertical, mal llamado pedal de una corda, el mecanismo funciona diferente. Cuando pulsamos el pedal izquierdo se acerca la maquinaria a las cuerdas y al haber menos distancia al mismo empuje se corresponde menos sonido. En los pianos digitales el pedal izquierdo o soft (si llevan tres pedales) hace la misma función. Se ejecuta con el pie izquierdo.

Pedal del centro (pedal de sostenuto o tercer pedal). Este pedal lo llevan los pianos de cola y en los pianos digitales tenemos el emulador de la función. Es el último pedal que se incorporó en los pianos a mitad del siglo XIX. Su función es la de dejar libre el apagador del sonido de la tecla o teclas que se pulsan pudiendo limpiar el resto de los armónicos con el pedal derecho con independencia total. Para su correcto uso hay que pulsar las teclas primero y después el pedal para que así libere sólo los apagadores de los sonidos ejecutados por medio de un complejo sistema de varillas que entran en movimiento e impiden que bajen los apagadores de los sonidos que queremos mantener.

Este se suele emplear en música del siglo XX con complejidades sonoras más avanzadas.

En los pianos verticales tenemos el pedal del centro o sordina. Con el conseguimos que baje un fieltro entre las cuerdas y toda la maquinaria para que el piano suene menos.

Musicalmente hablando, el uso de los pedales es complejo pero necesario para cualquier pianista.

Cuando estudiamos el piano, uno de los caballos de batalla es la buena y correcta pedalización.

Hay que quitarse ese miedo que tienen todos los pianistas noveles a usar los pedales, sobre todo el pedal derecho o de armónicos, indispensable para una buena sonoridad del instrumento.

En las partituras de piano no suele estar marcada la pedalización. Es el criterio y buena formación del intérprete los que guían la manera de poner el pedal o los pedales.

En otra ocasión hablaremos de los usos musicales de éstos.

Espero que este breve resumen sirva para prestar más atención a los pedales del piano y que cuando veamos tocar a un pianista, además de fijarnos en el movimiento de sus manos, nos fijemos también en la importancia de sus pies.

 

Begoña Andiano

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