En estos días de confinamiento, a pesar de estar trabajando desde casa para que nuestros alumnos no paren, he tenido tiempo de pensar.
Me he dado cuenta de lo importante que es la música y el sonido en nuestra mente.
La música es terapéutica. A lo largo de mi vida la he sentido en primera persona, bien sea; haciéndola, escuchándola o pensándola en mi cabeza, pero en este artículo quiero hablar de la experiencia vivida en estos primeros días de paréntesis global. Yo, inevitablemente, lo asocio a un gran calderón musical en una dominante infinita donde se siente la tensión sonora pero con la esperanza de que va a llegar la tónica del reposo merecido.
En la música tonal, sabemos que siempre es así. Por eso, me encanta agarrarme a este símil tan propio de los músicos, con la esperanza de que pronto llegaremos a la estabilidad sonora en nuestras vidas.
Mientras tanto, he de decir que la música siempre ayuda. Puedo constatar que lo estoy viviendo y sintiendo cuando los alumnos nos pasan sus audios y sus vídeos tocando lo último que están aprendiendo, o nos piden melodías que les apetecen interpretar. También cuando nos recomiendan cantidad de música para escuchar...
Tengo que decir que en ocasiones me están emocionando y agradezco a todos el interés que se toman, teniendo en cuenta que lo están haciendo en un tiempo nuevo, raro, extraño.
Por mi parte, intento dosificar un tempo sostenuto que parece eterno pero que, en mi caso, escasea un poco, ya que en estos primeros días de cuarentena, todos nos hemos tenido que "poner las pilas" y aplicar las tecnologías para dar clases, comunicarnos etc. sobre todo, los que nos dedicamos a la docencia. Ha sido como vulgarmente se dice hacerlo "sí o sí". Este tiempo, lo estoy dedicando a mis alumnos. Estoy encantada de preparar nuevos arreglos y canciones a nuestros niños, adolescentes y adultos. Me gusta ver como hacen ejercicios de teoría y armonía. También que tomen iniciativas y se unan a las manifestaciones musicales desde sus ventanas y balcones.
Sé que tocar un instrumento, es una válvula de escape para muchos; otros dicen que estos días son buenos porque, por lo general, no están tanto tiempo en casa para dedicarse a sus aficiones musicales. A los niños les viene muy bien poder tocar y cantar en familia, ya que es duro no poder salir de casa y moverse a sus anchas. Yo me acuerdo mucho de ellos. Por otra parte, ellos tienen una capacidad de adaptación que los adultos no poseemos.
Aparte de dedicar tiempo a los alumnos, también tengo un tiempo valioso, para estar en la intimidad de mi casa con la música, pensando, componiendo, leyendo o tocando el piano en zapatillas, que hacía mucho que no lo tocaba así.
Algo fascinante que posee la música, es su capacidad de aportar positivismo, optimismo y energía a quienes la escuchan, interpretan o componen.
Seguro que de este confinamiento sacamos muchas cosas buenas.
Mucho ánimo y un abrazo para todos.
Begoña Andiano
El próximo mes de abril, cumpliremos 42 años dedicados a la tarea, tan gratificante, de enseñar música.
En todo este tiempo, las audiciones y los conciertos han sido el motor y el estímulo, para todas las generaciones de alumnos que han pasado por la academia.
Haciendo alusión al término "leitmotiv" —atribuido al compositor Richard Wagner para denominar el tema musical dominante y recurrente en sus composiciones, sobre todo en lo referente a sus óperas— he querido titular este artículo así, para explicar con una sola palabra que las audiciones y conciertos de la academia es el tema musical dominante y recurrente para todos los que formamos Musicales Andiano.
Preparar todos los eventos que hacemos durante el curso, es el aliciente principal para la mayoría de los alumnos; digo esto porque a nuestros alumnos adultos, les gusta tocar más en la intimidad de su casa, solo como satisfacción personal; aunque en ocasiones, hayamos tenido a algún adulto que le ha echado mucho arrojo y ha tocado en los conciertos.
Principalmente en las audiciones y conciertos participan nuestros chavales. En ocasiones también contamos con los profesores y antiguos alumnos para los conciertos especiales. El objetivo primordial, es que los niños se familiaricen con un escenario y un público, importante para el bagaje y rodaje de un futuro músico.
El pasado mes de noviembre, hicimos la tradicional audición de otoño y pasamos una buena mañana con nuestros alumnos noveles y más experimentados.
En el programa había música clásica, jazz y alguna banda sonora.
Tocaron el piano.
La guitarra.
Tuvimos duetto de trombón y piano.
Compartieron teclado, tocando piano a 4 manos.
También se sumó algún padre que acompañó a su hijo y gracias a la audición, retomó el piano que hacía tiempo que no tocaba.
Todos lo hicieron muy profesionalmente y lo más importante fue, que el público formado principalmente por padres y abuelos —apoyo muy importante en la educación de los niños— regaló aplausos cariñosos a todos los participantes. Musicales Andiano da la enhorabuena y las gracias a todos, por el esfuerzo y entrega en la primera audición de este curso 2019-2020.
Begoña Andiano
Para hacer música, podemos emplear cualquier instrumento musical —bien sea de percusión, de cuerda, produzcamos el sonido soplando, rascando un serrucho y por supuesto con nuestra voz, que es el instrumento natural que todos poseemos—.
En este artículo, me voy a referir a la herramienta de trabajo por antonomasia, para todo músico: El TECLADO.
Cuando una persona se acerca a la música, puede hacerlo con cualquier instrumento musical a la par que también es recomendable que estudie lenguaje musical. El problema del estudio lo tendrá cuando quiera escuchar polifonía y toque un instrumento monofónico —clarinete, saxo, flauta, trompeta etc.—, quiera afinar bien y su instrumento sea de afinación variable —trombón de varas, violín, cello, contrabajo etc.— y por supuesto quiera cantar y encontrar bien y precisos todos los sonidos e intervalos. Para ello, el teclado, es la herramienta ideal para cualquier músico ya que nos va a permitir escuchar muchas notas a la vez, entender sus alturas con una buena afinación y poder ir adquiriendo sólida base auditiva.
En 1992, cuando se hizo la famosa reforma educativa de la L.O.G.S.E, en los programas de los Conservatorios se incluyó la asignatura de piano complementario para todas las personas que tocaran otro instrumento que no fuera de teclado. Esto supuso un avance en cuanto a la formación musical reglada, ya que era de sentido común, reforzar la formación de los instrumentistas con el uso del teclado y, aunque esto no requería ser un virtuoso, hizo que todo el aprendizaje de armonía, análisis, composición etc. fuera mucho más fácil para todos, porque los que tocaban el piano iban siempre un paso por delante.
Con los años esto se ha puesto en práctica y se ha logrado tener a nuestros músicos con mejor formación.
Parece que está de más, hablar del teclado como evidencia de mejor instrumento y herramienta de trabajo para un músico, pero cuando una persona no está metida en este mundo, no alcanza a ver lo importante y útil que resulta tocar el piano o cualquier instrumento de teclado. La formación de un músico es muy larga y hasta llegar a poder hacer lo que hacía Beethoven sin teclado y sin oír —todo lo escuchaba dentro de su cabeza— tiene que pasar muchísimo tiempo o ser como Beethoven, que eso es imposible. Por eso el disponer de un teclado para educarse bien con los sonidos, intervalos, escuchar los acordes, tocar cualquier idea musical y un largo etc. de cosas que trabajamos en la música, con el teclado va a ser muy llevadero eficaz y rápido.
Ejemplos concretos:
Estos son unos pequeños ejemplos de lo útil que es saber poner las manos encima de un teclado. Evidentemente cualquier músico puede desarrollar su capacidad interpretativa con el instrumento que mejor se identifique, bien sea una guitarra, el violoncello o un didgeridoo. La gran variedad de instrumentos musicales de que disponemos en el mundo—clásicos y folclóricos o tradicionales— hace que tengamos mucha riqueza tímbrica y eso que no hemos hablado de toda la riqueza sonora que nos dan los instrumentos electrónicos como sintetizadores, samplers y un largo etc. de generadores de sonido no acústicos. Todo ello, hace que en esta época tengamos tanta música diferente en cuanto a sonoridad.
Recomendamos el artículo órganos pianos y teclados:diferencias y parecidos.
Estamos en el siglo XXI donde los recursos para aprender, hacer y componer música son muy amplios, variopintos y curiosos. Los soportes electrónicos de que disponemos para tener un teclado polifónico con diferentes timbres, son variados. Podemos descargarnos aplicaciones de simuladores de teclado, a nuestro móvil, tablet, ordenador y emplearlas para poder escuchar los sonidos de una partitura. Contamos también con numerosos programas en los ordenadores que nos ayudan a escribir partituras e incluso a oírlas, si no las podemos tocar. Todo esto hace que podamos acceder a la música más rápido aunque no seamos profesionales.
Como pianista y teclista que soy, siempre defiendo EL TECLADO como herramienta de trabajo para alcanzar el fin musical. Tener un teclado para un músico, es como tener una caja de herramientas básica con: destornilladores, martillos, llave inglesa, alicates escuadra, metro… y con él, construir y reparar—componer y arreglar— los sonidos que tengamos en nuestra cabeza y los queramos escuchar. Al fin y al cabo, Beethoven solo hay uno y los demás no lo somos.
Begoña Andiano