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El pasado domingo, tuvimos nuestro tradicional Concierto de Navidad.
Disfrutamos y vivimos una tarde mágica con los villancicos y Christmas Carol que resonaron por todas las bóvedas de la iglesia de Santa Isabel de Portugal. También resonaron los aplausos que el público entregado, nos regaló.
Quiero dar las gracias a todas las personas que hicieron posible este concierto, que como muchos otros, ha sido único. La valía humana y profesional de todos: profesores, alumnos y antiguos alumnos, ha hecho que pudiéramos vivir una “tarde de magia navideña” con todo lo que allí se interpretó.
Las melodías dedicadas a la Navidad siempre tienen algo de especial. Nosotros, por nuestra parte, le quisimos imprimir sonoridades diferentes y variadas. Este año tuvimos un grupo de viento, nuestro buenos solistas, percusiones, a los niños cantando, el órgano de tubo, una servidora con el teclado y por supuesto al magnífico coro que con sus voces y su corazón hicieron que el concierto fuera otro de los que guardaremos en nuestra memoria.
¡ENHORABUENA y GRACIAS!
Begoña Andiano
Acabamos el 2019, con nuestro tradicional Concierto de Navidad.
Como en otras ocasiones, vamos a juntarnos para interpretar música en forma de villancico o Christmas Carol y pasar una tarde llena magia; esa magia que nos da la Navidad unida a la que se produce cuando nos reunimos: profesores, alumnos y antiguos alumnos para tocar y cantar; rememorando así, aquellas primeras manifestaciones tradicionales que se hacían en esta época del año: cantar melodías dedicadas a la Natividad del Niño Dios.
A lo largo del tiempo, la evolución del villancico ha tenido transformaciones diversas.
En el siglo XXI podemos hablar tanto de Villancico o Christmas Carol, profano y religioso. En cualquier caso es importante mantener esta tradición tan antigua, de cantarle a la Navidad.
En este concierto hemos preparado un programa muy variado. Cantaremos: desde villancicos del siglo XVII hasta canción de Navidad pop del siglo XX. Escucharemos villancico iberoamericano, tradicionales españoles y europeos, villancicos de nuestra infancia, Christmas Carol al más puro estilo americano y villancicos del repertorio personal, escrito para el coro de la academia.
Contamos con el coro de Musicales Andiano, nuestros buenos solistas, grupo de viento, organistas y percusionistas. También pondrán la nota de ternura, los niños pequeños de la academia. Todo esto estará conducido por una servidora que, después de 41 años, puede decir que le sigue produciendo una emoción especial preparar conciertos de estas características.
Tal vez sea, porque le emociona ver en el escenario el fruto de todos estos años; puesto que todas las personas que intervienen son o han sido alumnos de Musicales Andiano.
Tal vez sea también, porque a pesar de pasar el tiempo, sigue teniendo ese espíritu de la niña que fue, viviendo Navidades en su casa, junto a sus padres y sus hermanas, cantado villancicos alrededor del Pesebre.
Con todas estas expectativas, auguramos una tarde entrañable, llena de música y les invitamos a pasar una velada mágica con nosotros.
Begoña Andiano
Iglesia de Santa Isabel de Portugal
Plaza del Justicia, 1
Domingo, 29-12-2019
Hora: 19:00
Entrada Libre
Próximos al día de Santa Cecilia, nuestra patrona, hemos preparado el primer evento del curso. Sabemos lo importante que es, para la buena formación de los alumnos, tocar en público. Un futuro músico, debe de ir familiarizándose poco a poco con un escenario; por esa razón resulta interesante y estimulante, para ellos, recibir un aplauso sobre todo de los padres y familiares, apoyo importante para la carrera de fondo que supone aprender música.
En la audición, vamos a escuchar a alumnos muy noveles y otros con más experiencia. Interpretan música clásica, jazz y alguna banda sonora. Van a tocar solos, al piano y la guitarra. También interpretan música de cámara con piano a cuatro manos y algo de jazz con trombón y piano, ya que tenemos alumnos que tocan varios instrumentos. Hay que tener en cuenta que en una buena formación musical, cualquier instrumentista, tiene que saber tocar el piano (herramienta indispensable para un músico). Por eso, en una enseñanza profesional, todos los músicos que no tocan el piano, deben de cursar la asignatura de piano complementario en el grado profesional.
Musicales Andiano lleva 41 años dedicados a la enseñanza. Poder realizar esta labor en la música, nos hace muy felices porque sabemos de su importancia en el desarrollo humano.
Desde aquí damos la enhorabuena a todos los participantes y las gracias a todas las personas que ponen su confianza en nosotros.
Por nuestra parte no hay duda de que seguiremos en este empeño musical, Allegro ma non troppo y sin parar el compás.
Sábado, 16 de Noviembre de 2019
Palacio de Sástago
Coso, 44 (Zaragoza)
Hora 11:45
Entrada libre
La eterna pregunta que a menudo escuchamos en el despacho de la academia cuando comienza el curso es: ¿Para tocar un instrumento, tengo que aprender solfeo?
Nosotros intentamos explicar que aunque, a priori, no sea muy necesario, es recomendable desde el principio. Por supuesto, explicamos que ahora no lo llamamos solfeo, sino que lo llamamos: Lenguaje Musical. La mayoría se sienten algo aliviados porque el hecho de escuchar la palabra solfeo les crea la sensación de antaño de ser un poco aburrido, difícil y que no sirve para tocar. Afortunadamente, esa sensación va desapareciendo desde que, en el año 1992 con la reforma educativa que se hizo en este país, la famosa asignatura de solfeo pasó a llamarse Lenguaje Musical.
En este artículo voy a hacer un breve resumen de lo que es la asignatura de Lenguaje Musical. El epígrafe del título que recibe, da lugar a un pensamiento muy amplio de lo que puede ser, porque como yo les digo a mis alumnos: —todo lo que no es aprender a tocar un instrumento, lo aprenderemos en Lenguaje Musical—. Es por eso que este escrito lo voy a centrar en la asignatura básica, porque en una buena educación musical tiene que haber una formación integral de todos los aspectos de la música—armonía, contrapunto, análisis, historia, técnica del instrumento y un largo etcétera de cosas que hacen que uno pueda ser “Músico”.
El lenguaje musical, como concepto, está en toda manifestación sonora y escrita, de la música.
Lo primero que voy a explicar es el término: SOLFEO.
El solfeo, tradicionalmente, se ha considerado una disciplina de la música en la que una persona es capaz de leer una partitura, entonarla pronunciando las notas—do, re, mi, fa, sol, la, si—, marcando el compás y sabiendo darle interpretación a todos los signos escritos. Esto es lo que llamamos Solfear. Hay que tener en cuenta que el término viene de la Solmisación y que podemos agradecérselo a Guido D’Arezzo—monje que en el siglo XI puso el nombre a los sonidos—. Hasta no hace tantos años, en una formación académica, lo que se estudiaba era Solfeo, importante para un buen conocimiento de lo que nos dicen las partituras. Con los años, esta disciplina se quedaba un poco escasa para la buena formación de un músico, ya que, en los conservatorios, cuando se acababan los seis cursos de solfeo—preparatorio y cinco cursos más, uno tenía que abordar otras asignaturas de la carrera musical como: armonía, formas musicales, acompañamiento, historia, estética, acústica… y en ocasiones eran costosas porque en la preparación previa no se habían trabajado. El paso del llamado solfeo a la asignatura de Lenguaje Musical, supuso una ampliación de miras, ya que ésta trabajaba muchos aspectos del lenguaje que hasta entonces estaban un poco descuidados. Las reformas educativas, en ocasiones son criticadas y censuradas, pero tengo que decir a favor, que ampliar el solfeo a una asignatura que trabaja muchos factores musicales fue un avance pedagógico. Por contrapartida, la enseñanza de la asignatura, tuvo su proceso de adaptación tanta para el alumnado como para el profesorado.
Hablemos pues de la asignatura de: LENGUAJE MUSICAL.
Realmente, aprender música es un proceso de muchos años y, como en un idioma, su asimilación lo da la buena preparación y dedicación, en definitiva: “hablar en música”. Digo esto porque el lenguaje musical al igual que un idioma, uno tiene que saber “pensar” en él. Leyendo estas líneas, cualquier neófito se puede asustar, pero tengo que decir que con un buen método pedagógico y un buen profesor todo se consigue y además con todo lo que se trabaja en Lenguaje Musical, cualquier alumno disfruta desde el primer día.
A nivel académico, la asignatura se plantea en cuatro cursos elementales y dos profesionales. A diferencia del antiguo solfeo, los alumnos llegan después a las asignaturas más complejas y las afrontan con naturalidad.
Tenemos que tener en cuenta que se plantea para que, aparte de aprender a solfear, el alumno eduque el oído, entienda la música, su estructura, su estética y sepa relacionar todos los elementos y en un futuro pueda integrarlos en el bagaje musical tanto si es intérprete, compositor o un buen músico aficionado. Lo que está claro es que, si se trabaja bien, uno disfruta de la música mucho más y mejor. La música es un lenguaje universal que, si se conoce, se vive de otra manera.
Los aspectos que se trabajan son:
Teoría: consiste en ir aprendiendo e incorporando progresivamente todos los aspectos reglas, definiciones, escritura, etc.
Lectura y Entonación: disciplina necesaria para dominar la buena interpretación de las partituras sin apoyo del instrumento. Esto es lo que sería el antiguo solfeo.
Dictado: habilidad imprescindible para cualquier músico. Al igual que, cuando uno habla un idioma luego aprende a escribir lo que escucha, con la música ocurre lo mismo. El adiestramiento paulatino hará que seamos capaces de plasmar en un papel las diferentes voces y armonías que escuchemos.
Audición: Un futuro músico y melómano, debe de aprender a escuchar y diferenciar los distintos timbres de los instrumentos.
Análisis: Poder reconocer las estructuras donde los compositores han escrito sus ideas es muy importante. Comprender su armonía, textura, estética etc. nos va a ser de gran ayuda para memorizar, e interpretar cualquier tipo de partitura.
Historia: importante para situar los estilos musicales, compositores y darles el carácter propio.
Todos estos aspectos se pueden ampliar, de manera que sirvan para que el alumno esté preparado para las asignaturas que tendrá que afrontar en una formación profesional.
La creatividad, improvisación, expresión corporal, canto coral… también son destrezas muy útiles para un mejor aprendizaje. Éstas se pueden ir incorporando en relación a los conocimientos y nivel.
Después de un breve resumen de lo que puede ser el estudio del lenguaje musical, puedo decir que en la experiencia de los 41 años de Musicales Andiano, afrontar el lenguaje de la música con tantos aspectos diferentes, hace que los alumnos disfruten desde el primer día. Tanto niños como adultos comprueban, en poco tiempo, lo interesante, útil y divertido que es entender una partitura, saber de instrumentos, cantar a voces, escuchar música y distinguir los diferentes sonidos, incluso ser capaces de componer melodías, ponerles acordes y poderlas tocar o cantar.
Recomiendo a todas las personas que empiezan a tocar un instrumento que, aunque existan partituras facilitadas para poder tocar desde el primer día, el lenguaje musical nos va a aportar la riqueza necesaria para que nuestras interpretaciones traspasen las propias partituras. En definitiva, conocimiento necesario para poder ir más allá.
Confieso que la palabra solfeo no la he quitado de mi lenguaje cotidiano; supongo que será nostalgia de aquellas tardes de Conservatorio, cantando todos; do, re, mi... Esa época la recuerdo con cariño y pienso qué labor tan importante la de aquellos profesores de Solfeo, nunca valorados. En estos tiempos de “lenguaje musical” quiero destacar y dar las gracias a todos los pedagogos que con sus aportaciones han hecho que hoy hayamos llegado hasta aquí.
Begoña Andiano
Todos somos una consecuencia de la historia que nos precede. En mi caso, la música ha sido una herencia en la genética familiar. Digo esto, porque mis padres estuvieron siempre vinculados a la música y si me remonto a tiempos pasados puedo llegar hasta mi bisabuelo materno.
En este escrito, me voy a centrar en la persona más insigne que hemos tenido en nuestra familia; me refiero a D. Domingo Agudo Cebrián o Mosén Domingo, como él quería que le llamasen.
Mi tío abuelo D. Domingo me ha acompañado en todos los momentos relacionados con la música. Sin yo conocerlo, lo he sentido cercano a través de mi madre, mis tías, mi familia y de todas las personas que tuvieron la suerte de vivir cerca de él.
La personalidad, valía intelectual, humanidad y legado artístico ha hecho que 70 años después de su fallecimiento siga vivo en los corazones de muchas personas que, aún sin conocerlo, han vivido la transmisión oral en sus familias.
Mosén Domingo Agudo Cebrián nació en Paniza en 1894 y, con motivo de la celebración del 500 aniversario del Santuario de la Virgen del Águila, se está preparando un CD con toda la música que D. Domingo Agudo dedicó a su pueblo y a su Virgen. La iniciativa surgió de la coral de Paniza y de su director—mi primo Jesús Juste—.
Este verano, recibí una llamada de mi primo, para comunicarme que iban a recopilar en un CD, toda la música que el tío Domingo había dedicado a la Virgen del Águila y que habían pensado en mí para tocar el órgano. Me emocionó mucho poder interpretar la música de mi tío Domingo y tenerla guardada en un disco como documento histórico, puesto que es la primera vez que se hace. Hay que decir que el legado de D. Domingo Agudo no está registrado ni hay biografía ni estudios profundos sobre su obra.
Yo siempre he pensado en el refrán de nadie es profeta en su tierra, pero confieso que cuando me acerqué a Paniza y vi que toda la música que Mosén Domingo escribió—La misa dedicada a la Virgen del Águila (1925) y una Novena con seis cánticos— estaba viva en las voces de los paniceros que la habían cantado año tras año, desde que la compusiera, me produjo una emoción y una alegría especial.
Tengo que decir que gracias a la coral y a mi primo Jesús, vamos a poder disfrutar de parte del legado que Mosén Domingo Agudo dejó.
En la familia siempre lo hemos tenido presente, pero a nivel musical, sólo hemos interpretado el famoso villancico de "Durmiendo al Niño”—también llamado en algunas fuentes “El Niño dormido” o “Duérmete, niño Hermoso”. Villancico que ha pasado a mí, por transmisión oral de mi madre —Carmen Abad Agudo— y que humildemente, hace años, hice una transcripción para voces blancas— su concepción original—. Supongo que se les compondría a sus niños de la Parroquia de Altabás. En la academia, lo hemos cantado en numerosas ocasiones en los conciertos de Navidad. Hago esta introducción porque otro tipo de repertorio que tiene compuesto, como el dedicado a la Virgen del Águila, es natural que se haya interpretado en las solemnidades de Paniza.
La figura de Mosén Domingo Agudo está presente en muchos sectores de la sociedad aragonesa, pero para los que no lo conozcan, quiero hacer un breve resumen de su biografía.
D. Domingo Agudo Cebrián nació en Paniza en 1894 y falleció en Zaragoza en 1949. Fue un sacerdote aragonés muy adelantado a su tiempo; Era doctor en Teología y licenciado en Filosofía y Letras, profesor del Seminario de Zaragoza, coadjutor de la Parroquia de Altabás, periodista, músico, escritor de teatro, poeta, latinista y junto a todo esto, una gran autoridad en Psicología Experimental. Como bien he visto escrito en más de un artículo dedicado a su figura, hacía honor a su apellido “Agudo”.
Lo más curioso es que con semejante currículum, él fue una persona sencilla, humilde, cercana, entregada… Muestra de ello es la impresionante manifestación de duelo que se le rindió el 24 de mayo de 1949.
En este pequeño artículo, sólo pretendo hacer un avance de las diferentes publicaciones que haré sobre la figura de Mosén Domingo Agudo.
El cariño que sus coetáneos le profesaban hizo que se le dedicaran dos calles; una en su pueblo natal—Paniza— y otra en el —Arrabal de Zaragoza— su barrio de acogida, ya que cuando falleció estaba de coadjutor en la parroquia de Altabás en dicha zona.
Lo importante es que se siga manteniendo viva su música y su legado artístico e intelectual. Es tarea de todos—empezando por una servidora—recopilar, activar la investigación—que se ha visto parada varias veces— y hacer que no se pierda un patrimonio que es de los aragoneses.
Por mi parte decir que, como sobrina nieta y músico que soy, es mi deber que así sea.
En este artículo no puedo evitar acordarme de mi madre. Ella vivió con él sus últimos años. Me transmitió esa presencia humana que tenía. Aún recuerdo una visita, que hice con ella, al Heraldo de Aragón. Estuve en los despachos que “Augustus”—seudónimo que utilizaba mi tío Domingo en sus columnas dominicales— empleaba para escribir. Su estilo era sobrio pero denso de contenido.
Era niña, pero recuerdo que pensé. ¡Qué pena, no haberte conocido!
Begoña Andiano